miércoles, 1 de octubre de 2008

Una ciudad, un piano y la calle Bartolo...

Je suis déjà à Paris. Ha costado, pero estoy. Tras un viaje tortuoso, estoy. Y es que la ciudad de la luz no es lo que pintan. De momento, para mí, tan sólo son calles interminables, una señora borde que te mira de arriba a abajo para ver si te alquila el piso y un maravilloso -a la par que calórico- crêpe de nutella. Alejandro es un guía gastronómico en potencia.

A pesar de todo, la cosa promete. Y es que Blanquita tenía razón: esta ciudad está hecha para mí. Cafés a pie de calle, largos bulevares que invitan al paseo, librerías acogedoras por doquier… El sueño de cualquier bohemio que se precie.

De momento estamos alojados en el Hôtel des Allies, en la rue Barthollet, muy cerquita del Panteón de los Hombres Ilustres y el pleno corazón del barrio latino; pero, a pesar de que a priori parecería un sitio estupendo, las apariencias engañan. El hostal, y concretamente nuestra habitación, nos sorprende cada noche
con un muy agradable olor a amoniaco –u otra sustancia que no me atrevo a adivinar- que a duras penas nos permite dormir; misión que, por otra parte, se antoja cuanto menos dificultosa debido a nuestros maravillosos vecinos de habitación –y de baño-. Una amigable familia francesa que nos deleita cada noche con un amplio repertorio de regañinas, musiquitas de videojuegos y ruidos varios; muy majos ellos. A esto se une que los tres jinetes del apocalipsis compartimos un muy amplio habitáculo de 10 m2 , donde no caben ni las maletas. Y mucho menos el piano.

¡¡Ay!! ¡¡El piano!! ¡¡Qué de alegrías y qué de disgustos me da!! Después de la odisea para llevarlo ¡¡¡¡COMO EQUIPAJE DE MANO!!!!! en el avión, ahora me contempla día y noche, como acechando, recordando constantemente que dentro de muy poco, de cinco meses, lo tendré que volver a llevar a Madrid. Y es que, como me dijo la señora de IBERIA, “¡¡qué duro es ser pianista!!”. Muchas gracias, Blanquita, por tus consejos para lidiar con nuestra queridísima compañía aérea.

Pero todo parece que se va arreglando. Esta tarde –de hecho, hace menos de dos horas- encontramos piso finalmente. Al pie del Louvre. En la rue des Pyramides. Y dejaremos por fin el hostal. Es posible que, sin embargo, eche de menos el barrio del hostal; especialmente el chino de abajo que nos da carne de rata por ternera –juro que eso, fuera lo que fuera, no era ternera- y la Liga en Defensa de los Derecho s de los Animales .




Tardaré posiblemente bastante en actualizar porque, hasta que no me asiente definitivamente, no tengo acceso regular a internet. Tan sólo en Sciences Po. Así que iré a mi ritmo, ya sabéis, con calma.

Lo mejor por ahora: Esos señores –señores no, caballeros con mayúsculas- de más de cincuenta que, lejos de los estereotipos que pintan a los parisinos como gente desagradable, si te ven perdido por el Boulevard Saint-Germain se acercan y te preguntan “Est-ce que je peux vous aider?”. Y con una envidiable paciencia, tacto y educación te tratan de ayudar lo mejor que pueden. Gracias a Dios aún queda gente así. Y el mejor, nuestro amigo el cafetero de la rue de Claude Bernard. Vive la France!

Por cierto, desde que llegué he notado que cojeo un poco… ;)

4 comentarios:

Blanca Nieves dijo...

Ay Paola y Paris.... estoy segura de que estais hechos el uno para el otro... dale fuerte al piano! que se te oiga! y como no, las patisseries... mmmm...

Jesant dijo...

Paolica, acepto que te guste Paris. A mi también me gusta, pero sin deleitarme. Prefiero la ruinosa Roma. Ahora bien, espero que ese alarde de amor a Francia se termine pronto. No tengo fuerzas para leer un nuevo "Vive la France!"

Todo lo demas un acierto. No podías elegir mejor nombre para el blog, ¡y a Brel de fondo! Magnífico.

Blanca Nieves dijo...

Paola, el amor a Francia, limitado... que no me entere yo! recuerda que pasaba hace 200 años en ESPAÑA! No te afranceses mucho, que por los madriles nos gustan castizos! pero disfruta de Paris! Jesús, me negarás que Paola no encaja perfectamente en París? si sale guapisima en todas las fotos!!! Pero que conste que yo también prefiero Roma, y antes que Roma... Washington!

Unknown dijo...

Bienvenues a la France mes cheris!!! Animo con el piso!!! Se lo duro que resulta pero al final se agradece el esfuerzo sobre todo porque uno tiene un lugar donde recogerse... En fin, espero poder ir a visitaros,guardadme un huequito!!!

Besos desde NY